Quizá no te agrade la respuesta pero, desgraciadamente, reunir los ingredientes recién mencionados no siempre es sinónimo de éxito, entendiendo por éxito una pareja sin discusiones o que dure hasta que la muerte os separe. Las parejas sanas discuten, pero siempre desde el respeto, abiertos a la comunicación y sin utilizar reproches ni anclarse en la queja. Tan pronto como surgen diferencias, tratan de resolverlas, llegando a un consenso.
Por otro lado, que una pareja funcione bien no significa que nunca se vaya a terminar. Las personas no dejamos de crecer, nuestros gustos, sentimientos y objetivos se ven alterados con el paso de los años, y eso puede conducirnos en direcciones diferentes. Poner fin a una relación donde ha habido mucho amor es complicado pero, al igual que sucede con las discusiones, en la ruptura impera el respeto.